La educación y el aprendizaje de por vida pueden apoyar a comunidades resistentes y pacíficas y mejorar la comprensión a nivel global. Aquí exploramos el papel específico que juega la educación para alcanzar el ODS11 (ciudades y comunidades sostenibles) y el ODS16 (paz y buena gobernanza).

1. Garantizar igualdad de oportunidades

La escala y velocidad del cambio urbano requiere de buena gobernanza, flexibilidad e innovación. La educación no es la única solución para cambiar todos estos complejos problemas estructurales que conducen a que millones de personas vivan en condiciones muy precarias, pero es claramente parte de la solución. Garantizar el derecho a la educación para todos los seres humanos puede suponer la única oportunidad que tienen de escapar de la pobreza aquellos que viven en asentamientos informales y barriadas.

La educación debe integrarse en la planificación urbanística para que las necesidades y los derechos educativos de todos se satisfagan mientras las poblaciones urbanas siguen cambiando. No obstante, el sector educativo falta en gran medida en las principales discusiones sobre desarrollo urbanístico. Los actores de la educación y los líderes urbanísticos necesitan de reivindicación y un liderazgo generado, si la educación ha de ganar un lugar en las discusiones sobre las futuras ciudades.

Existe una necesidad significativa de consolidar sistemas educativos públicos y aumentar el número de escuelas mientras se garantiza la inclusividad, gratuidad y accesibilidad. Los sistemas educativos urbanos que reciben a niñas, niños y jóvenes desplazados, deben adaptarse para respaldar su integración a largo plazo (especialmente con el agravamiento de la crisis global de los refugiados) incluyendo un enfoque en el desarrollo de habilidades. La educación continua y el desarrollo de habilidades para personas en la economía informal debe estar accesible para permitirles obtener un trabajo decente.

2. Empoderar a las comunidades

El crecimiento de la población y la forma de la migración demandan educación básica, aprendizaje de por vida, desarrollo de habilidades y profesores mujeres y hombres, e incrementa la necesidad de fomentar la cohesión social y el respeto a la diversidad cultural a través de la educación, también de los habitantes de barriadas, migrantes y refugiados.

Es necesario profundizar la reevaluación de los entornos y culturas rurales, en especial los indígenas, para reconocer la enorme diversidad de las comunidades. Los entornos urbanos se consideran a menudo paradigmas del desarrollo y muchas veces esta creencia genera impactos negativos sobre la atención a las comunidades periféricas. Para que todo el mundo se beneficie de las oportunidades económicas y sociales de sus comunidades, es necesario un acceso universal a la información. La educación y la formación, especialmente en las habilidades necesarias para los trabajos del futuro, son una prioridad. Debe garantizarse un acceso igualitario a la tecnología, especialmente dirigido a las poblaciones que viven en la pobreza.

Las escuelas deben considerarse centros de desarrollo y articulación comunitaria, en los que se cultiva el conocimiento que conduce a una buena vida. La seguridad y la resistencia dependen del conocimiento ancestral sobre el entorno y las costumbres, que es la razón por la que los sistemas educativos deben responder a sus contextos y mejorar las respuestas basadas en la cultura, de las comunidades.

3. Promover la paz

La educación puede jugar un papel fundamental en el respaldo a la paz, la reconciliación y la democracia. Esto requiere de un acceso igualitario a la educación a todos los niveles, incluyendo el de grupos históricamente desaventajados, y un plan de estudios adecuado. Existe la necesidad de un aumento de la atención para garantizar que los sistemas educativos ayudan a generar sociedades pacíficas y sostenibles. Esto incluye la integración de la educación para la paz y la prevención de conflictos cuando sea relevante, a lo largo de todo el sistema educativo.

Sin embargo, no podemos dar por sentado que la educación por sí misma es capaz de resolver nuestras diferencias y brindar paz, justicia e instituciones más sólidas. El contenido de la educación, en especial lo que la gente ha aprendido y cómo ha aprendido, supondrá una gran diferencia para alcanzar estos importantes objetivos. Si la educación fortalece prácticas democráticas a todos los niveles educativos, garantizando que los estudiantes adquieren las capacidades necesarias para resolver pacíficamente sus diferencias y aceptar la diversidad, podemos esperar una aportación significativa de la educación al fin de los conflictos armados, la promoción del imperio de la ley y el fortalecimiento de nuestros sistemas e instituciones de justicia. En este caso, la educación puede ser un cataclismo efectivo para el cambio positivo.

Las intersecciones entre educación, paz, justicia e instituciones sólidas, requiere de acciones específicas por parte de los estados. En la educación primaria y de la primera infancia, por ejemplo, los estados deben garantizar que los niños comprenden las diferencias y similitudes entre ellos y sus familias. Se espera que, en esta etapa, los niños aprendan sobre las diferencias culturales entre individuos y comunidades y las prácticas sociales (UNESCO). Después, en la escuela secundaria y la educación posterior, los estudiantes deben aprender el valor de la tolerancia, el diálogo y la ciudadanía para garantizar la paz y la justicia, y para hacer nuestras instituciones y sociedades más fuertes en general.

4. Fomentar la ciudadanía

La educación juega un papel central en el fomento de la ciudadanía y el empoderamiento de las personas para que participen en sus comunidades, ciudades, países, o para convertirse en ciudadanos activos del mundo. El objetivo ODS4 4.7hace clara referencia a este fundamental papel social de la educación. Una sociedad educada (UNESCO) garantiza que sus ciudadanos son consultados y que su gobierno toma decisiones con el interés de niños y adultos en mente. La probabilidad de que se garantice el acceso público a la información y que se protejan las libertades fundamentales, es más alta en sociedades educadas.

El concepto de “Educación global” ha sido definido en la Declaración de Educación Global de Maastricht como una educación que “abre los ojos y las mentes de las personas a las realidades del mundo, y las despierta para traer un mundo de mayor justicia, equidad y derechos humanos para todos. Se entiende que la Educación Global engloba educación en desarrollo, educación en derechos humanos, educación para la sostenibilidad, educación para la paz y la prevención de conflictos, y la educación intercultural; constituyendo las dimensiones globales de la educación para la ciudadanía”. La UNESCO califica una Ciudadanía Global aquella que “busca empoderar a los estudiantes de todas las edades para que asuman papeles activos, local y globalmente, para construir sociedades más pacíficas, tolerantes, inclusivas y seguras”.

5. Responsabilizar a los gobiernos

Promover el imperio de la ley a nivel nacional e internacional (ODS 16.3) requiere de ciudadanos informados y educados para mantenerlo. Que la justicia defienda los derechos humanos es un ejercicio democrático que garantiza el acceso a la justicia en este asunto vital para el desarrollo sostenible. Como señala el GEMR2019, una educación mejor también es necesaria para que los oficiales de la ley logren el ODS16 sobre la justicia para todos.

Al mismo tiempo, unos ciudadanos educados están mejor equipados para comprender y luchar contra la corrupción y para presionar a las élites electas para que desarrollen mejores prácticas de gobernanza.

Autores: Maryline Mangenot, Luis Eduardo Pérez Murcia, Vernor Muñoz

Comparte este artículo

La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.