En este Día Mundial de los Docentes, celebremos a los jóvenes docentes, el futuro de la profesión.

La vida se abre paso entre las sombras de lo inerte.  Como una hilera que avanza en el borde de los abismos, las antorchas que alumbran el camino las han sostenido siempre las maestras.  Son quienes comparten sus propios aprendizajes y comparten lo que es útil para iluminar el mundo. Por eso, por definición, el trabajo de las maestras siempre es joven, siempre debe serlo, porque su misión es encontrar respuestas frescas a los problemas que innecesariamente hemos tornado complicados.

Por esta razón, la vocación de maestra germina fácilmente en el corazón de las personas jóvenes y suele multiplicarse conforme crecen, dudan, sufren o sonríen. Las antorchas pasan de mano en mano cuando la esperanza se multiplica.  Por eso es importante animar el liderazgo juvenil, cuya forma más efectiva de realización es la docencia, porque este trabajo tiene el potencial de construir las capacidades necesarias para dignificar el mundo y consolidar las condiciones de igualdad, inclusión, justicia y democracia.

Facilitar la formación docente desde la juventud es una garantía de desarrollo.

Nadie aprende por exhortación, nadie enseña por ostentación. Como decía Paulo Freire, aprendemos juntos, con el ejemplo vivo, actuante y respetuoso en que se muestra la diversidad y las plurales lecturas del mundo. Por eso la educación está llamada a ser un verdadero ejercicio de libertad y las maestras encienden las luces que nos permiten alimentarla.

La educación es un factor de vida, es un sistema de organización que integra todos los fenómenos ecológicos que hacen posible la evolución.

El aprendizaje colectivo es la auténtica fuente educativa, pues nos pone en situación de comunicación total y constituye un verdadero ejercicio de libertad. Como esa hilera que avanza al borde del abismo, la educación  es un proceso vital construido en el lenguaje interactivo de las personas con el mundo. Cada cosa que aprendemos proyecta una luz sobre un universo complejo que permanecía oculto o, al decir de Ungaretti, cada faro que se enciende libera al mar de la niebla.

Celebramos a las maestras jóvenes, valga la redundancia, porque la educación es un acto de amor y sin ellas no encontraríamos las palabras para reconocerlo.

Vernor Muñoz

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La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.